Ensayo Final: Profesión docente

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INTRODUCCION

Bien sabemos que el docente es uno de los protagonistas principales en el proceso educativo. Es el agente encargado del traspaso de conocimientos que expone frente a aquellos alumnos que día a día se encuentran dentro del aula de clases adquiriendo lo que éste pueda entregarles. Los alumnos, a su vez, son los otros actores importantes en este escenario, quienes representan fielmente a la gran masa aprendiz de los maestros. Son éstos los que presencian a lo largo de años de estudio el despliegue de nociones y actitudes que tiene su profesor para con ellos. Esto último, actitudes, queda marcado en los alumnos, provocando “impresiones” acerca de cómo son los docentes con todo lo que ello implica, incluyendo en ello la calidad humana. El profesor se da a conocer a la cantidad no menor de alumnos durante su desempeño laboral, creando en ellos una imagen acerca de su persona, sea buena o mala, y es en esas instancias en donde entra en juego el lograr buenas relaciones entre él y sus alumnos. Mediante la interacción diaria en el salón de clases el profesor explica, interactúa, planifica, evalúa, conoce a sus alumnos, etc., y establece afinidades individuales y únicas, las cuales permiten un mayor acercamiento. Sin embargo algunas de estas afinidades se inclinan hacia un grupo en particular, lo que crea un ambiente de desigualdad y, de cierto modo, quebranta la proximidad equitativa entre uno y otro alumno. ¿Que ocurre cuando el docente está en una posición de preferencia frente a un cierta minoría de alumnos cuyos nombres son recordados gracias a los méritos y desempeño que han procurado mostrar en clases?
¿Debe un profesor tener “favoritos” entre sus estudiantes?
Esto nos hace tomar conciencia y nos deja en la postura de afirmar que el docente debe ser equitativo en su trato a los alumnos para que de esta manera se cree un ambiente efectivo de buenas relaciones que conllevan al buen desarrollo del proceso educativo. Si de por medio existe una atmosfera de igualdad, comprensión, respeto y compromiso sin duda alguna habrá un marco propicio para el flujo eficaz del aprendizaje. Es por esto que el docente no debe tener preferencias y preocuparse del avance de todos y no tan solo de un grupo alumnos destacados.
Lo que desencadena que el profesor sea igualitario es una serie de eventos favorables para la comunidad educativa en conjunto. Con esto me refiero a lo que a continuación es explicado.

-UN PROFESOR EQUITATIVO ES UN PROFESOR OBJETIVO
Cuando el docente es capaz de ir más allá y conocer a sus alumnos debe también poder tener la capacidad de no dejarse llevar por sus propias inclinaciones y preferencias hacia aquellos educandos que muestran un mejor rendimiento, en una sola palabra: Objetividad. Esto no quiere decir que se no se reconozca el esfuerzo y trabajo de los alumnos destacados, puesto que ellos tienen el mérito de lograr avances significativos que proyectan los docentes. Sin embargo también se debe tomar en un plano no menos importante a los demás estudiantes que quizás no muestran un nivel similar al de “los mejores alumnos” pero que están presentes, y ese es el punto importante: No se les puede por ningún motivo obviar.
Cuando hablo de objetividad me refiero a la actitud independiente de la propia manera de pensar o de sentir, y esto es lo que sin duda hace falta, ya que por este tipo de preferencias muchas veces son dejados de lado aquellos alumnos que van más atrás en lo que a aprendizaje se refiere y van quedando en el camino, lo que no es un objetivo que se quiera lograr.
Se desprende un caso en particular en mi experiencia en la Educación media, en donde un profesor jefe en la especialidad de matemáticas tenía ciertos “favoritos” entre sus alumnos. Los favoritos eran precisamente aquellos alumnos con mayores capacidades científicas y numéricas, los cuales eran la minoría en un curso de gran cantidad de alumnos con habilidades humanistas. ¿Qué ocurría en este caso? El profesor se fijaba en el avance de solo aquel grupo minoritario dejando de lado a los demás que sí querían aprender pero que eran soslayados por este docente. ¿Cuáles eran los resultados? Una gran cantidad de reprobados. ¿Es uno de los objetivos el que suceda esto? Sin duda alguna no es lo que se quiere lograr en un curso, puesto que cada alumno está ahí para alcanzar los mejores resultados que pueda lograr con sus capacidades, pero si no es tomado en cuenta entonces su formación pasa a ser truncada de una manera que, y vuelvo a mismo punto, es poco OBJETIVA.

- NO PROVOCA EN SUS ALUMNOS EFECTOS NO DESEADOS
El que haya cierta distinción entre alumnos favoritos y alumnos que no cumplen las expectativas crea discordias entre los mismos alumnos.
Se crea el mito de “el profesor me tiene mala” y tiene como consecuencias un cierto grado de rechazo hacia el docente, lo que causa el bloqueo del estudiante ante todo lo que el docente pueda exponer, creándose de esta forma una barrera que no permite la corriente normal del proceso educativo. Esto no ocurre si el profesor se abre a la posibilidad de ser igualitario en el sentido de trato y manera de comprender cual es la posición del alumno y lo que le está aquejando, para así poder crear estrategias que favorezcan al alumno y su modo de aprender, puesto que sabemos que no todos tienen la misma rapidez ni el mismo método de adquirir lo que se le enseña.

-SE CREA UNA RELACIÓN ARMÓNICA ENTRE TODOS LOS ALUMNOS Y EL PROFESOR
Gracias a que el profesor se muestra accesible con todos, los alumnos son capaces de confiar en que sus dudas serán escuchadas sin el temor a la ridiculización. Cuando el docente logra esto quiere decir que uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de las relaciones educativas ha sido construido firmemente, y que de esta forma puede avanzar con mayor eficiencia hacia lo que depara el conocimiento. El profesor no se basa ya en la calificación en base a su propio juicio ni tampoco encasilla a sus alumnos, sino que está abierto a que cada alumno se dé a conocer sin el temor de no “agradar” a aquel ente que se encarga de cubrir todas las dudas que su alumno quiera plantear.


CONCLUSIÓN
Más de alguna vez en nuestra vida escolar nos sentimos de esta forma: Tal vez marginados de lo que el profesor deseaba ver en un alumno. Es cierto que muchas veces el tener estudiantes que respondan a los requerimientos que se le exigen es gratificante para el docente que siente que no ha sido tomado en vano, sino que ha sido escuchado y que al mismo tiempo ha realizado un trabajo que da frutos. Sin embargo nosotros, como futuros docentes consientes de lo que observamos hoy como alumnos, no deberemos caer en lo que con anterioridad nombré como falta de objetividad frente aquellos futuros estudiantes que, provistos de los más variados comportamientos y distintas personalidades, estarán en cada pupitre escuchando, observando, evaluando nuestro comportamiento hacia ellos. Con todo lo anteriormente mencionado en este trabajo, hago hincapié en la equidad entre los alumnos, con el fin de que no haya discriminación entre uno u otro y para que exista un clima de aceptación entre todos.
Solo depende de nosotros intentar que no se formen los mismos errores cometidos, aportando con nuestro pequeño grano de arena a que la educación avance en su mayor plenitud.

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