Como bien sabemos, la educación, tiene como función esencial el desarrollo continuo de la persona y de las sociedades, siendo ésta una vía para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras, etc. Esta tiene la gran misión de permitir a todos son excepción hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de si mismo y realizar su proyecto personal.
Es por esto, como explica Jacques Delors, que se debe imponer el concepto de educación durante toda la vida de una persona, con sus ventajas de flexibilidad, diversidad y accesibilidad en el tiempo y el espacio. Es deseable que la escuela inculque más el gusto y el placer de aprender, la capacidad de aprender a aprender, la curiosidad, el intelecto. En este caso un actor fundamental es el docente, quien es el encargado de infundir y despertar el deseo en los estudiantes de aprender, de hacerles ver la importancia de la educación en cada uno de ellos, de demostrarles que el conocimiento exige mayor esfuerzo, atención, rigor y voluntad.
Sin embargo esto sucede muy poco en nuestro país. Puedo afirmar esto por experiencia propia como así también gracias a los resultados arrojados por el trabajo de investigación de visita al colegio. En los alumnos encuestados se vislumbra una actitud de obligación frente a la educación. Claramente se puede inferir que se encontraban estudiando solamente por ser una regla impuesta por los padres o por el hecho de tratarse de un proceso lógico a lo largo de la vida de una persona. La pregunta que cabe hacernos es ¿Se podrá hacer realidad lo aludido en el primer párrafo en personas con este animo? ¿Puede hacerse efectiva la educación en aquellos que no valoran el verdadero significado de esta palabra?
Ciertamente esto es un dilema que afecta a una cantidad considerable de estudiantes en Chile, y a raíz de esto se origina otro problema. Se habla de condiciones económicas aptas para un desarrollo efectivo de la educación; quizás en nuestro país no estén todas las condiciones necesarias para esto, pero sin embargo tampoco podemos negar que sí las hay. Actualmente existen no pocas posibilidades para aquellas personas que quieren abrirse camino en la educación. Pero por otro lado existen los “desmotivados o sin interés”-a los cuales me refería anteriormente- que desaprovechan lo que otorga el gobierno y desperdician las oportunidades que éste ofrece. Que los alumnos no sientan el interés por educarse es, sin duda, una traba que imposibilita el crecimiento en una sociedad, porque bien sabemos que la educación es la llave de acceso que lleva al desarrollo en un país.
Pero paralelamente a esto, la educación es y seguirá siendo la fuente en donde el humano puede desarrollar su persona al punto de superarse a si mismo. Ésta, como indica el documento “La educación encierra un tesoro”, se basa en cuatro pilares fundamentales los cuales deben ser practicados para la obtención de un mejor y mayor aprendizaje.
El primer pilar, Aprender a Conocer, alude a la capacidad de comprender el mundo que nos rodea para de esta forma vivir con dignidad, desarrollar nuestras capacidades y comunicarnos con los demás mediante la experiencia y la ejercitación del pensamiento. Es adquirir los instrumentos de la comprensión. Es adentrarnos en este proceso de la adquisición de conocimientos que no concluye nunca. Es aprender a aprender.
El segundo pilar, Aprender a hacer, se refiere a la práctica de los conocimientos luego de ser recibidos para poder influir sobre el propio entorno.
Aprender a vivir juntos. En nuestra sociedad es común la violencia y los conflictos y la educación quizás no ha podido obviar esta realidad, sin embargo este pilar llama a la importancia del respeto mutuo y a la aceptación del uno por el otro, descubrir que nuestro prójimo es un ser digno de ser respetado, todo esto con el fin de participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas. En una sola palabra: Tolerancia.
Por último, el cuarto pilar Aprender a ser hace referencia al desarrollo de uno mismo como persona en condiciones de obrar con autonomía, juicio y responsabilidad sin menospreciar las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitudes para comunicar, etc.
Esto en conjunto es fundamental en la educación, por algo son llamados PILARES. Sin embargo es preciso que realmente se tome en cuenta cada uno de ellos y que sean llevados a la práctica. Hacer posible el cumplimiento de cada uno de ellos para la mejora de las futuras generaciones y hacer más cercana esta utopía solo depende de nuestro trabajo en conjunto.
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